Malala, de blanco de los talibanes a heroína de la lucha por la educación

El comité del Premio Nobel destacó al conceder el premio a Malala su “ejemplo” y su “lucha heroica”, que la han convertido en “portavoz principal” de la lucha por los derechos de las niñas a la educación. Cubierta con un colorido velo islámico, Malala explicó que se enteró de que había ganado el Premio Nobel porque se lo dijo una profesora durante la lección de química, y agradeció el apoyo recibido de maestros y compañeros.
Especial Panorama Online/ Malala Yousafzai, Premio Nobel de la Paz/ La paquistaní Malala Yousafzai, galardonada el viernes a los 17 años con el Premio Nobel de la Paz, es una defensora del derecho a la educación de las mujeres, símbolo mundial de la lucha contra el extremismo tras sobrevivir milagrosamente a un atentado de los talibanes.
Hace casi exactamente dos años, el 9 de octubre de 2012, varios islamistas irrumpieron en el autobús escolar en el que volvía a su casa después de las clases en Mingora (en el valle de Swat, norte) y uno de ellos preguntó: ¿Quién es Malala?. Luego le disparó un balazo a quemarropa en la cabeza.
Increíblemente, el proyectil no acabó con su vida. En estado de coma, Malala fue evacuada a un hospital en Birmingham, en el Reino Unido, donde recuperó el conocimiento seis días después. Había nacido la leyenda Malala.
“Estaba aterrorizada. Lo único que sabía era que Alá me había bendecido al concederme una nueva vida”, cuenta la adolescente en su autobiografía, “Yo, Malala”, un best-seller internacional que tuvo una acogida discreta en su Pakistán natal.
La adolescente vive hoy en Birmingham, en el centro de Inglaterra, donde este viernes se encontraba en la escuela cuando le fue atribuido el premio, compartido con el indio Kailash Satyarthi, que milita contra la explotación infantil.
Desde su marcha de Pakistán, participó en varias conferencias internacionales donde abogó por la paz y la educación de los niños, pidiendo a los dirigentes mundiales que “envíen libros, no armas” a los países pobres. También abogó ante el presidente nigeriano Goodluck Jonathan para que se reuniera con los padres de las adolescentes secuestradas por el grupo islamista Boko Haram.
Ganadora del último premio Sajarov del Parlamento Europeo a la libertad de conciencia, figuraba ya el año pasado entre los favoritos al Nobel de la Paz, ganado finalmente por la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas encargada de supervisar el arsenal sirio.
– Los libros, su armas contra la desigualdad –
Con el largo velo tradicional cubriendo su cabello negro, su mirada franca y luminosa, y su voz aflautada, Malala comenzó su combate en 2007, cuando los talibanes impusieron su ley en el valle del Swat, hasta entonces una tranquila zona turística conocida como la “Suiza de Pakistán”.
Con solo 11 años, Malala, hija de un director de escuela de convicciones pacifistas, y de una madre iletrada, ya escribe un blog en la página de la BBC en urdú, la lengua nacional. Bajo el seudónimo de Gul Makai, describe el miedo que reina en el valle y la imposibilidad de asistir a las clases.

Con el largo velo tradicional cubriendo su cabello negro, su mirada franca y luminosa, y su voz aflautada, Malala comenzó su combate en 2007, cuando los talibanes impusieron su ley en el valle del Swat, hasta entonces una tranquila zona turística conocida como la “Suiza de Pakistán”.
El nombre de esta niña valerosa y con una impresionante sangre fría, enamorada de los libros y del conocimiento, comienza a circular en Swat y cobra dimensión nacional cuando gana el Premio paquistaní por la Paz.
Los talibanes, que habían sido desalojados del valle por el ejército en 2009, deciden eliminar entonces a esta adolescente a la que acusan de ser un instrumento de la “propaganda occidental”. El ataque contra Malala tendrá el efecto inverso: conmocionó en Pakistán y todavía más en el extranjero, especialmente en Occidente.
Malala se convierte en una figura popular. Se ven sus fotos junto a personalidades de todos los ámbitos, desde David Beckham hasta la reina Isabel II. Además, la National Gallery de Londres expuso su retrato, los comercios venden camisetas con su imagen, etc. Dos años después del atentado, Malala es mundialmente conocida.
– “La pluma más fuerte que la espada” –
Pero esta supermediatización disgusta a muchos en Pakistán, desgarrado por los atentados y las ramificaciones de la guerra en Afganistán, cerca del valle de Swat. Los círculos islamistas ven a Malala como un “agente de Estados Unidos” o “de Occidente” creado para corromper a la juventud y propagar una cultura antimusulmana.
La adolescente, que tiene todavía el borde de la boca paralizado como secuela del atentado, responde a sus detractores, como hizo este año en la sede de la ONU en Nueva York, proclamando que “la pluma es más fuerte que la espada” y que no sentía “ningún resentimiento hacia los talibanes” que la atacaron.
Malala sueña con hacer política en Pakistán. Pero al estar amenazada más que nunca por los talibanes, ¿podrá algún día aunque sea regresar a su país natal? Para su discurso ante la ONU, llevaba un chal que había pertenecido a Benazir Bhutto, la única mujer que llegó a ser primer ministro de su país, donde fue asesinada en 2007, al regresar del exilio.
-Premio Nobel de la Paz a los 17 años-
Yousafzai, ganadora del Premio Nobel de la Paz con el indio Kailash Satyarthi, declaró que el galardón “no es el fin, sino el principio” y lo dedicó a todos los niños “cuyas voces necesitan ser escuchadas”.
En una intervención tras salir del colegio en Birmingham (centro de Inglaterra), Yousafzai, de 17 años, dijo sentirse “muy honrada” con el reconocimiento y de compartirlo con el activista indio Kailash Satyarthi, lo que simboliza “el amor entre India y Pakistán”.
El Nobel de la Paz 2014 premió el 10 de Octubre de 2014, los esfuerzos por los derechos de los niños de la adolescente paquistaní, presidente de la Marcha Global contra el Trabajo Infantil en la India.
Malala,esperó a terminar sus clases para opinar sobre el galardón, que aseguró la hace sentirse “muy feliz”, aunque su verdadero objetivo es “seguir defendiendo la educación de los niños”.
“Quiero ver a todos los niños yendo al colegio y beneficiándose de una educación”, afirmó la joven, que empezó su discurso con una referencia a Alá por su fe musulmana.
Cubierta con un colorido velo islámico, Malala explicó que se enteró de que había ganado el Premio Nobel porque se lo dijo una profesora durante la lección de química, y agradeció el apoyo recibido de maestros y compañeros.
“El premio no me servirá para aprobar mis exámenes, eso dependerá de lo duro que trabaje”, aclaró.
La adolescente, expresó su “orgullo” por ser la primera pakistaní que gana el Nobel y la persona más joven, subrayando que estaba “muy feliz” de que haya “tantas personas luchando por los derechos de los niños” y constató: “No estoy sola”.
El premio compartido entre un indio y una pakistaní refleja “el amor entre India y Pakistán” y demuestra que, al margen de las religiones diferentes, “todos debemos respetarnos y luchar por nuestros derechos”, afirmó. Malala agradeció el apoyo a su familia y a su padre, por dejarla “volar” y “perseguir sus objetivos”, y dijo que el galardón la hace tener “más coraje” y confianza en sí misma.
La joven confesó que, cuando fue herida a tiros a los 15 años soñaba con ser médico, pero ahora quiere ser política, “una buena política”. “Mi mensaje a los niños de todo el mundo es que pueden defender sus derechos”, subrayó a lo largo de su discurso, y añadió: “Este premio es para todos los niños cuyas voces necesitan ser escuchadas”.
El comité del Premio Nobel destacó al conceder el premio a Malala su “ejemplo” y su “lucha heroica”, que la han convertido en “portavoz principal” de la lucha por los derechos de las niñas a la educación.
La joven recibió tres disparos -uno de los cuales le alcanzó la cabeza- por parte de un talibán que le preguntó el nombre el 9 de octubre de 2012 cuando iba en un autobús escolar, en la provincia pakistaní de Khyber Pakhtunkhwa.
Malala Yousafzai, que en 2009 había empezado un blog para la BBC británica sobre su vida bajo el régimen talibán, pasó varios días en estado crítico hasta que finalmente fue evacuada a Birmingham, donde fue tratada de sus heridas en el hospital Queen Elizabeth.
Desde que se recuperó, ha hablado en las Naciones Unidas, ha conocido a la reina Isabel II del Reino Unido, ha sido nombrada por la revista “Time” una de las cien personas más influyentes del mundo y ha escrito su autobiografía, “Yo soy Malala”.
You must be logged in to post a comment Login