Shakira en Phoenix: Así fueron sus dos conciertos

El escenario diseñado especialmente para esta gira en arenas, contaba con una pasarela en forma de diamante, pantallas gigantes, efectos CGI y bloques temáticos

Phoenix, Arizona. Junio 25. Shakira llegó y no defraudó a sus fans. La barranquillera se adueñó de Phoenix con dos noches memorables —el 22 y 23 de junio— en la PHX Arena, como parte de su gira mundial Las Mujeres Ya No Lloran. Desde su primera aparición sobre la pasarela en forma de diamante, acompañada por un grupo de fans que la escoltaron hasta el centro del escenario, quedó claro que no sería un concierto cualquiera, sino una celebración de su trayectoria, su fuerza escénica y su conexión con el público. Con apenas unos minutos de retraso y tras una introducción cargada de efectos visuales y sonido envolvente, Shakira irrumpió con “La Fuerte”, desatando la euforia de un público que no dejó de cantar, bailar y ovacionarla durante las casi dos horas de espectáculo.

Producción, escenografía y vestuario

El escenario diseñado especialmente para esta gira en arenas, contaba con una pasarela en forma de diamante, pantallas gigantes, efectos CGI y bloques temáticos. En el primer segmento, visuales proyectaron un viaje por su trayectoria: desde “Las de la intuición” y “Estoy aquí” hasta éxitos recientes como “Te felicito” y “TQG”, con transiciones avanzadas en video. Siguieron tres cambios de vestuario por noche, a cargo de diseñadores como Anamika Khanna, que reflejaban épocas distintas: desde trajes árabes estilo “Hips Don’t Lie” hasta piezas modernas con máscaras moradas y luces robóticas, inspiradas en sus últimos videos.

Setlist y ritmo del show

El setlist fue fiel al promedio mundial del tour, abarcando 34 canciones en dos horas exactas. Desde “La fuerte” y “Girl Like Me” en arranque, hasta baladas (“Underneath Your Clothes”), pop (“Whenever, Wherever”) y himnos como “Waka Waka” y “She Wolf”, para cerrar con “BZRP Music Sessions #53”. También se interpretó por primera vez en esta gira “Si te vas”, sustituyendo versiones anteriores de “Cómo, dónde y cuándo” y “Poem to a Horse”. Los interludios visuales con temáticas de agua, fuego o sirenas reforzaban cada bloque musical, haciendo de la experiencia algo dinámico y sorprendente.

Voz, baile e interacción

Shakira entregó una actuación impecable: su voz se mantuvo potente, y sus icónicas coreografías, repletas de mixtura entre danza del vientre y movimientos latinos, brillaron en la pasarela central. En varios momentos bajó de los escenarios principales para acercarse al público, cantando de forma cercana “Acróstico” mientras sobre las pantallas aparecían sus hijos Milan y Sasha cantando con ella en.wikipedia.org+3setlist.fm+3es.wikipedia.org+3. La conexión fue notable: los fans respondió bailando, aullando con la “Loba” y coreando a la par, generando un ambiente íntimo a pesar de la magnitud del evento.

Público y ambiente entre los asistentes

Las redes estallaron de entusiasmo. En Reddit, fans mostraban alivio porque, a diferencia de algunos conciertos en estadios con problemas técnicos, los shows en Phoenix se habían desarrollado sin contratiempos reddit.com. Asistentes describieron una atmósfera cargada de emoción, con disfraces de “lobas”, pañuelos árabes y pulseritas M&G que aumentaban la vibración del ambiente.

Detalles impactantes

Los dos conciertos de Shakira en Phoenix fueron un éxito técnico y emocional:

• Inicio impactante con CGI y entrada por pasarela acompañada de fans.

• Producción cuidada, con pantallas, escenografía tematizada y coreografías envolventes.

• Setlist ecléctico, representativo de toda su carrera, con canciones nuevas como “Si te vas”.

• Presencia magnética, alternando poder vocal con cercanía emocional.

• Público entregado, parte activa del espectáculo, marcado por un ambiente familiar y festivo.

En definitiva, estos dos shows, dentro del tour Las Mujeres Ya No Lloran, demostraron que Shakira sigue en un momento estelar: combina nostalgia, modernidad y perfección escénica. Si quieres profundizar en algún momento concreto, ¡aquí estoy!

by María Teresa Bonilla