Tus acciones tienen un efecto directo sobre el mundo en que vives
El mundo físico en que vivimos se rige por la ley de causa y efecto. Tus acciones tienen un efecto directo sobre el mundo en que vives y, lo que estas viviendo en este momento, son las consecuencias de tus acciones hasta ahora.
La mayoría de las personas confunden sus reacciones emocionales con el tomar acción. Cuando reaccionas emocionalmente a las circunstancias que existen ahora en tu vida inviertes la ley de causa y efecto y empiezas a vivir tu vida como si fueras el efecto de tus circunstancias y no como si tú fueras la causa de estas.
Recuerda que cuando te dices a ti mismo: “yo causé esto”, encuentras el poder para cambiarlo. Como hispanos, tenemos la costumbre de culpar a las circunstancias o a personas externas por la forma en que vivimos. El hábito de decir “esto no es mi culpa”, comienza cuando niños como unas palabras mágicas que nos salvan de un castigo.
Sin embargo, las consecuencias que creamos en nuestra vida no son un castigo sino situaciones reales que requieren acción para cambiarlas.
Cuando no confrontas tus circunstancias y dices, ”esto no es mi culpa” pierdes el poder para cambiarlas y te sientes impotente. Mientras más impotente te sientes, más baja tu autoestima y te empiezas a sentir como una victima de las situaciones y personas en tu vida.
La impotencia antes las circunstancias es una ilusión mental que te ciega a la realidad de que eres un espíritu creativo de inteligencia ilimitada y que tienes, dentro de ti mismo todos los recursos que necesitas para cambiar tu vida.
Muchas veces la solución aparece cuando cambias tu punto de vista. Imagínate, por un momento, que tu problema ya esta resuelto y que lograste tu meta. Nota como te sientes.
Concéntrate, intensifica este sentimiento de que has triunfado y deja que tu cuerpo se ponga en la posición que mejor exprese como te sientes.
¿Quieres ponerte de pie? ¿Quieres levantar la cabeza? ¿Quieres llevar los hombros hacia atrás? ¿Notas tu respiración más lenta y en tu abdomen?
Esa posición que tomaste es tu posición de excelencia. Desde esta posición, puedes ver los pasos que tomaste para llegar aquí desde donde estabas.
La impotencia y la excelencia están ancladas a las distintas posiciones de tu cuerpo. Cuando cambias la posición de tu cuerpo, cambias los pensamientos y emociones asociados con esa posición.
Al enderezar, los hombros caídos, levantar la cabeza baja y llevar tu mirada hacia arriba, puedes cambiar tu impotencia por excelencia.
Cambia la posición de tu cuerpo, cambia la forma en que piensas y causa mejores efectos en tu vida.
Tu amigo,
Dr. Rich Morales – Motivador Personal
Talleres y Consulta Privada
TEL: (602) 614-8994
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