La vida, un viaje sin retorno. Escrito por una persona común para personas comunes
Solemos pensar que la vida de cada uno de nosotros es diferente y la más importante.
Pensamos que las vivencias de cada uno son particulares. Pero el Universo, la dimensión en que vivimos, es más que eso.
Estamos en éste momento y viviendo en éste segundo, porque millones de personas antes que nosotros, más allá de nuestros antepasados, pasaron por éstos mismos caminos que hoy recorremos. Caminos que antes lucían diferentes y que hoy llegan a nuestros pies con miles de historias contadas, y que simplemente nosotros, tú y yo, venimos a seguir dejando una huella.
Tú decides cómo será esa huella: ¿Será de valor?, ¿Será de sufrimiento?, ¿Será de aventura?
El ser humano es una criatura nómada por naturaleza. Ha sido más el tiempo que ha pasado inmigrando que en estado sedentario, sin embargo, se pone límites a sí mismo o deja que otros le pongan límites.
En el momento en que se nos entrega la vida, se nos entrega también la libertad, la escogencia, eso que es como una varita mágica que convierte sueños en realidad.
¿Pero cuando es que todo empieza a fallar?
Precisamente cuando comenzamos a poner uno a uno los ladrillos de un muro que luego se convierte en una pared muy sólida y que limita nuestros pasos, nuestras ideas y no nos deja alcanzar nuestros objetivos. Sin embargo, aún cuando el muro esta a nuestro alrededor, todavía tenemos la oportunidad de derrumbarlo con la fuerza de la perseverancia.
Todos somos inmigrantes, todos somos forasteros, incluso en nuestra propia tierra. No hay que salir de la ciudad donde naciste y donde siempre has vivido para poder viajar. Cambiamos de circunstancias, de amigos, de trabajos. Siempre estamos en constante cambio, nos es imposible quedarnos estáticos, no es una característica de nuestra naturaleza humana.
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Para mi, éstos dos fragmentos del Poema del español Antonio Machado, “Caminante no hay camino”, resumen la esencia del alma errante del ser humano, nadie podrá detener tu paso, sólo tú, ya sea que dejes que otros interfieran en tu camino o que tu mismo seas quien te pongas las piedras.
Estas palabras van dirigidas a todos los caminantes de espíritu, a quienes pertenece el mundo, el universo y la vida, porque se han atrevido a dejar huella y han allanado el sendero para los que vienen atrás.
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