Calderón condena uso “abusivo” de fuerza de EEUU contra migrantes mexicanos

Agencias. Familiares dan ayer, jueves 10 de junio de 2010, en Ciudad Juárez, México, el último adiós a Sergio Adrián Hernández Güereca, de 14 años de edad, quien murió el pasado 7 de junio en el lado mexicano de la frontera con Estados Unidos, tras los disparos de un agente estadounidense. El cortejo fúnebre partió de su vivienda e hizo una parada en el templo católico local de La Medalla Milagrosa.
México, 11 de junio. Agencias. El presidente de México, Felipe Calderón, afirmó que su país está “consternado y profundamente indignado” por la muerte de dos mexicanos a manos de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, y criticó el “uso abusivo de la fuerza” en contra de los migrantes.
Calderón se refirió a la muerte la semana pasada de Anastasio Hernández Rojas, de 35 años, quien “falleció después de haber recibido múltiples golpes y descargas eléctricas por elementos de la Patrulla Fronteriza en la frontera entre Estados Unidos y México”, en el cruce fronterizo entre Tijuana y San Diego, indicó la Presidencia de México en un comunicado.
Hernández Rojas, quien tenía más de 20 años de residir en la ciudad de San Diego, California, murió de un paro respiratorio, después de que se le diagnosticara muerte cerebral tras la paliza que le propinó una veintena de agentes estadounidenses cuando iba a ser deportado a México. “El segundo caso nos agravia especialmente, porque se trata de un menor de edad: Sergio Adrián Hernández, quien, además, fue ultimado con disparos de arma de fuego en nuestro propio territorio mexicano, en Ciudad Juárez”, manifestó Calderón, durante una escala en el viaje que realiza a Sudáfrica, para participar en la inauguración del Mundial de fútbol.
Ayer fue difundido un vídeo en el que un testigo filmó cómo un agente de la Patrulla Fronteriza disparó contra un grupo de cuatro jóvenes en Ciudad Juárez que le lanzaron unas piedras y corrían después para esconderse de los tiros, hecho en el que murió de un disparo en la cabeza Hernández, de 14 años. “Exijo al Gobierno de los Estados Unidos una investigación profunda, imparcial, objetiva, que concluya con el esclarecimiento de los hechos y el castigo a los culpables”, sostuvo el gobernante. El mandatario se mostró preocupado por “este surgimiento de violencia contra mexicanos que, además, se asocia con el surgimiento de otras expresiones antiinmigrantes y antimexicanas, recientemente, en los Estados Unidos”, en clara alusión a la aprobación de la ley SB1070 en Arizona, que criminaliza la inmigración ilegal.
Asimismo, Calderón señaló que México quiere “que se establezcan, en los Estados Unidos criterios objetivos y protocolos confiables en la aplicación de la ley, a fin de evitar, en lo sucesivo, estas muertes inadmisibles, derivadas, entre otras cosas, del uso abusivo de la fuerza en contra de los migrantes mexicanos”.
De otra parte, el secretario (ministro) de Gobernación de México, Fernando Gómez Mont, se comunicó ayer con la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Janet Napolitano, en la que le transmitió la condena del Gobierno mexicano por estos dos homicidios. Además, Gómez Mont manifestó que México “hará uso de los instrumentos diplomáticos y legales a su alcance para que se esclarezcan los hechos”, señaló la Secretaría de Gobernación en un comunicado.
Para México es “inadmisible el uso injustificado de la fuerza letal en contra de nuestra población”, concluye la nota. De acuerdo con los registros de la cancillería mexicana, los casos de mexicanos muertos o heridos por el uso de la fuerza de las autoridades migratorias estadounidenses se han incrementado, al pasar de 5 en 2008, a 12 en 2009, y a 17 en lo que va de 2010.
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