Horas antes de la ceremonia de juramentación, miles de personas se reunieron en plazas públicas de Bogotá y otras ciudades de Colombia para expresar su oposición a Duque. En esos mítines, los manifestantes ondeaban banderas blancas y sostenían letreros en los que exhortaban a mantener el acuerdo de paz.

Duque asumió el puesto mientras una serie de ataques y asesinatos de activistas muestran que la paz sigue siendo frágil.

Una motocicleta bomba estalló el lunes por la noche afuera de un cuartel de la policía en la provincia occidental de Cauca, y la semana pasada el ELN secuestró a tres agentes y a un soldado en un ataque que dejó ver las dificultades que enfrenta el gobierno para poner orden en algunas de las áreas más remotas de Colombia.

“Si Duque no puede solucionar este problema y encontrar una forma de llevar al Estado a las zonas rurales, vamos a seguir teniendo los mismos problemas que hemos tenido durante décadas”, dijo Jorge Gallego, profesor en la Universidad del Rosario de Colombia.