Agencias

Escándalo de piratas telefónicos llega al Parlamento, que oirá a Murdoch y Cameron

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El malestar público que surgió por los reportes de que News of the World habría intervenido buzones de voz de víctimas de asesinatos y otras personas vulnerables llevó a Murdoch a cerrarlo y a retirar una oferta de 12.000 millones de dólares para adquirir el 61 por ciento de las acciones de la operadora británica de TV satelital BSkyB.

Londres, Inglaterra, 18 de julio. El estruendoso escándalo de los piratas telefónicos va a quedar esta semana en manos del Parlamento británico: el martes el magnate de prensa Rupert Murdoch comparecerá ante una de sus comisiones, y el miércoles los diputados escucharán a un primer ministro David Cameron debilitado.

Murdoch, patriarca de 80 años, que multiplica ahora los pedidos de disculpas, está convocado ante los diez miembros de la comisión de medios de información de la Cámara de los Comunes, junto con su hijo James, de 38 años, y su protegida, Rebekah Brooks, de 43, considerada hasta su reciente renuncia la “reina” de la prensa amarilla.

Para realizar esta audiencia, la comisión debió ponerse dura: después de una primera negativa de los Murdoch y en medio de airadas protestas, recurrió a un procedimiento muy rara vez utilizado, convocarlos oficial e imperativamente.

“El último escalpelo” del escándalo, en palabras del Daily Telegraph, es el de Sir Paul Stephenson, jefe de Scotland Yard que renunció el domingo, acusado de haber realizado a la ligera la investigación a causa de sus vínculos con los dirigentes de los periódicos, y de haber ignorado la actuación de policías corruptos que vendieron informaciones al News of the World (NotW).

Un segundo alto mando de Scotland Yard, John Yates, que rehusó la reapertura de la investigación sobre el escándalo de los piratas telefónicos en 2009, dimitió el lunes.

El periódico que originó el escándalo es acusado de haber pirateado desde el año 2000 las mensajerías de unas 4.000 personas, políticos y celebridades, pero también el de una niña de 13 años asesinada.

Sir Paul, que clama su inocencia, dimitió dejando tras de sí una granada sin seguro. Reconoce haber remunerado como consultante a Neil Wallis, ex responsable editorial de NotW, pero señala que éste no está implicado oficialmente en el escándalo, contrariamente al ex redactor en jefe del periódico Andy Coulson, nombrado después director de comunicación de Cameron.

Desde Pretoria, donde realizaba una visita oficial, Cameron debió justificarse nuevamente, mientras que en Londres el líder de la oposición Ed Miliband afirmaba que el primer ministro “se mostró incapaz de asumir el liderazgo que necesita el país”.

A la defensiva, Cameron postergó 24 horas el inicio de las vacaciones parlamentarias “a fin de entregar los detalles de la investigación judicial y responder a las preguntas” de los diputados. Y acortó su viaje a África para regresar a Londres el martes.

Los tres directivos de News Corp convocados por los diputados afirmaron hasta ahora que ignoraban la amplitud de las llamadas pirateadas, atribuidas a un “reportero electrón libre” y a un detective privado.

La audiencia significa un impresionante revés para el magnate norteamericano-australiano, que se jacta de haber hecho elegir a la mayoría de los primeros ministros desde los años 70.

El diario The wall Street Journal, propiedad de News Corp., informó este lunes que el magnate contempla desde hace más de un año dejar las riendas de su empresa.

“Antes incluso de que surgiera el escándalo estas semanas, el viejo Murdoch contemplaba renunciar a su cargo de director general en favor de Chase Carey, director de la explotación del grupo” y Murdoch se mantendría como presidente, escribió el diario en su sitio de Internet, citando a fuentes próximas al caso.

“Semejante cambio tendría sin duda poca influencia en el quehacer diario del grupo, pero tendría una importancia simbólica enorme”, según el artículo.

En un lapso de 15 días, Murdoch cerró NotW, renunció a su proyecto faro de adquir todo el capital de la plataforma de televisión satelitaria BSkyB ante el veto de todos los partidos políticos, y sacrificó a dos de sus lugartenientes.

Como consecuencia, la agencia de evaluación financiera Standard & Poor’s dijo el lunes que considera bajarle la nota a News Corp., actualmente en BBB+.

Su hijo James, número tres de News Corp y considerado el delfín del magnate hasta que estalló el escándalo, se encuentra ahora en primera línea, pese a que ha declarado que “lamenta profundamente” haber indemnizado generosamente a presuntas víctimas de los piratas telefonicos, corriendo el riesgo de dar la impresión de que compró su silencio.

La iniciativa podría desembocar en una acusación de “utilización inapropiada del dinero de los accionistas”.

Por su parte, Rebekah Brooks dimitió el viernes de la dirección de News International, la división británica del imperio multinacional de Murdoch, y fue detenida, interrogada y luego puesta en libertad condicional el domingo. Sospechosa de soborno de policías y de escuchas ilegales, es pasible de prisión.

Entre tanto, la policía británica halló muerto en su domicilio el lunes a un delator del escándalo, el ex reportero de News of the World Sean Hoare, pero no considera que las circunstancias de su muerte sean sospechosas. Según The Guardian, Hoare sufría desde hacía tiempo de problemas de alcoholismo y adicción a la droga.

El grupo de piratas informáticos LulzSec pirateó este lunes varios sitios del grupo de medios News Corporation de Rupert Murdoch, y anunció la falsa muerte del magnate.

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