Agencias

Gaddafi luchará hasta el final,rebeldes toman complejo

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Una gran columna de humo sobre el cielo de Trípoli tras un ataque sobre el complejo de Bab Al-Aziziya, Libia, ago 23 2011.

Agosto 23 de 2011. Los rebeldes libios tomaron control hoy martes del cuartel general de Muammar Gaddafi en Trípoli tras una feroz batalla con las fuerzas leales al Gobierno, pero el paradero del líder, quien prometió pelear “hasta el final”, seguía siendo un misterio.

Periodistas de Reuters vieron a los insurgentes ingresar al complejo de Bab al-Aziziya y reportaron que los rebeldes estaban disparando al aire en señal de celebración tras horas de enfrentamientos. No estaba claro el paradero del “hermano líder” y sus hijos.

Las fuerzas leales a Gaddafi inicialmente intentaron defender el complejo pero la resistencia cesó más tarde, destacaron los reporteros. Algunos rebeldes atacaron una estatua de Gaddafi, mientras que cientos de insurgentes recorrían el lugar y tomaban armas y vehículos.

El enviado rebelde ante la ONU dijo que el complejo estaba totalmente dominado por los insurgentes.

En tanto, el presidente de la federación rusa de ajedrez, Kirsan Ilyumzhinov, dijo que habló por teléfono con Gaddafi y destacó que el líder le comentó que está en Trípoli, en buen estado, y que no planea abandonar la ciudad.

Ilyumzhinov, quien visitó Libia durante los bombardeos de la OTAN y se reunió con el veterano líder, destacó que Mohammed, el hijo del coronel, lo llamó por teléfono. “Le dio el teléfono a su padre, y éste dijo que está en Trípoli, vivo y saludable y que está decidido a pelear hasta el final”, agregó Ilyumzhinov a Reuters por teléfono.

El enviado rebelde en Roma, Hafed Gaddu, dijo: “parece claro que está recluido en su complejo”.

“Pensamos que íbamos a tardar uno o dos meses en liberar Trípoli, pero en vez de eso lo estamos logrando en pocas horas. Es un gran avance”, destacó en diálogo con Reuters.

Las potencias occidentales, que han respaldado a los insurgentes, dijeron que no había información del paradero del líder de 69 años pero lo instaron a rendirse tras seis meses de guerra civil en el país productor de petróleo.

El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, dijo tras hablar con su par estadounidense Barack Obama que el final del régimen de Gaddafi era “inevitable y cercano”.

La OTAN, que declinó confirmar los reportes de que su fuerza aérea bombardeó el complejo de Gaddafi para ayudar a los rebeldes, dijo que desconocía el paradero del líder pero que esto no era una gran preocupación.

En Washington, un portavoz del Pentágono dijo que creía que Gaddafi seguía en Libia y que sus fuerzas seguían siendo una amenaza.

El portavoz del Pentágono, coronel Dave Lapan, añadió que aunque la capacidad de comando de las fuerzas de Gaddafi había disminuido, se mantenía peligrosa.

Agregó que Washington estaba monitoreando las instalaciones de armas químicas de Libia, en medio de preocupaciones en el Congreso de que puedan caer en manos equivocadas.

ESPERAN EL FINAL

Los líderes occidentales están ansiosos por un rápido final a los enfrentamientos. Las tensiones entre los insurgentes son una preocupación para quienes esperan una transición sin complicaciones y la reanudación de las exportaciones de crudo.

“Esperemos que esto se acabe pronto”, dijo Omar, un ingeniero desempleado cerca del complejo de Gaddafi. “Temo que la violencia se mantenga hasta que Gaddafi y su familia dejen el país”, agregó.

Hay preocupaciones crecientes por los civiles en la ciudad, tras días de enfrentamientos en los que los funcionarios sugirieron que cientos de combatientes habían resultado heridos o estaban muertos.

Más temprano el martes Saif al-Islam, hijo y heredero político de Gaddafi, llevó a periodistas al bastión de su padre. Las imágenes de televisión lo mostraron sonriente, saludando a partidarios, levantando los brazos en el aire y haciendo el signo de la victoria con la mano.

Muchos analistas dijeron que la aparición de Saif generaba dudas sobre la credibilidad de los reportes rebeldes, que habían señalado que el hijo del líder había sido capturado.

Pese a la poca credibilidad de los dichos de Saif al-Islam de que los seguidores de su padre estaban ganando la batalla, la confusión entre los insurgentes generó dudas entre quienes los respaldan.

“Estamos tratando de entender cómo escapó”, dijo un rebelde, Muftah Ahmad Uthman sobre Saif al-Islam. “La capital fue tomada realmente rápido. Muchos de los hombres uniformados son voluntarios y muchos de ellos cometen errores”, agregó.

Los civiles, que llenaron las calles de Trípoli el domingo para celebrar el fin de la dictadura, ahora permanecían en casa mientras el fuego de ametralladoras y las explosiones se sucedían en algunos de los combates más encarnizados de las revueltas de la “primavera árabe” que afecta a Oriente Medio.

La ausencia de un control claro ha revivido la inquietud de que Libia pueda caer en el tipo de inestabilidad que ha acosado a Irak desde la caída de Saddam Hussein. Leales a Gaddafi e islamistas antioccidentales podrían explotar las divisiones étnicas, tribales y políticas del país.

Responsables rebeldes dijeron que tienen una fuerza preparada para imponer el orden en la capital, como han hecho en otras partes del país que han capturado.

Líderes mundiales instaron a Gaddafi, de 69 años, a rendirse para prevenir más derramamiento de sangre y apelaron a una transición ordenada del poder.

El ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Ahmet Davutoglu, dijo el martes en una rueda de prensa en el enclave de los rebeldes en Bengasi que la campaña militar de la OTAN continuará en Libia hasta que se establezca una seguridad completa en el país.

En tanto, Estados Unidos espera liberar entre 1.000 millones y 1.500 millones de dólares en activos congelados de Libia para el Consejo Nacional de Transición de los rebeldes libios, dijo el martes la portavoz del Departamento de Estado Victoria Nuland.

Nuland agregó que estaba claro que el Gobierno de Gaddafi está casi colapsado y que la secretaria de Estado, Hillary Clinton, habló el lunes con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, sobre cómo Naciones Unidas puede entregar en Libia ayuda humanitaria, asistencia en seguridad y apoyo en temas como la redacción de una nueva Constitución.

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