Agencias

Buscan crear confianza para que inmigrantes de Arizona participen en el Censo

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El clima anti-inmigrante en Arizona ha provocado que los indocumentados tengan temor a participar en el Censo, por lo que iglesias, escuelas y activistas trabajan para demostrar que la información no será compartida con Inmigración.

“Estamos trabajando mucho para llevar el mensaje a la comunidad hispana de que el Censo es seguro, que no compartimos información con ninguna otra agencia del gobierno o privada, un hecho que está protegido por la Constitución”, dijo hoy Vianey Celestino, portavoz del Censo 2010 en Arizona.

Celestino reconoció que existe un gran reto por delante para llegar a las familias hispanas, particularmente inmigrantes “sin papeles” que tienen temor de tener cualquier tipo de contacto con el Gobierno y ser deportados.

Como el que vive todos los días Francisco Duarte, un inmigrante indocumentado de origen mexicano que se gana la vida vendiendo elotes con chile y limón en las calles de Phoenix.

Duarte fue arrestado por agentes del alguacil del condado Maricopa, Joe Arpaio, hace un mes durante uno de sus operativos anticrimen.

“Me arrestaron, me entregaron a Inmigración y me deportaron”, dijo Duarte.

El inmigrante, de 27 años, tardó aproximadamente dos semanas para cruzar nuevamente la frontera y ahora se encuentra nuevamente recorriendo las calles para poder mantener a su esposa e hijos.

“No sé si vamos a participar en el Censo, en estos momentos uno no sabe en quien puede confiar”, dijo el inmigrante mexicano.

Para combatir esta desconfianza, el Censo en Arizona está buscando la ayuda de líderes comunitarios, como Lydia Guzmán representante de Respect/Respeto, quien trabaja diariamente con la comunidad inmigrante en el condado Maricopa.

“Creo que la lucha va a ser un poquito más difícil para que la gente tenga confianza, nos hemos unido con grandes organizaciones para difundir el mensaje de todo lo que podemos ganar, pero también de todo lo que podemos perder si nuestra gente no participa en el censo”, dijo Guzmán.

Indicó que a pesar de que hay grupos que están tratando de hacer campaña en contra del censo porque no se ha aprobado una reforma migratoria, considera que es fundamental que el Gobierno federal sepa cuánta gente vive en las comunidades ya que de esto depende el dinero que se otorga para nuevas escuelas, parques y bibliotecas públicas, entre otros.

“Independientemente de que las personas tengan documentos de inmigración o no, sus hijos van a necesitar mejores escuelas, todos los día manejan y requieren de buenas carreteras”, señaló la activista.

Otro reto es que se reporte cuántas personas viven en una casa sin importar que tengan un número de Seguro Social o no.

“Con la mala economía, sabemos que muchas familias hispanas están recurriendo a vivir juntos para compartir gastos y muchos de ellos no quieren que los administradores de los apartamentos o las personas que les rentan las casas lo sepan”, dijo Guzmán.

Otro medio que está utilizando el Censo para llegar a la comunidad inmigrante son las escuelas públicas donde se entregará información durante reuniones de padres de familia para invitarles a participar.

“Queremos que los niños conozcan qué es el Censo, porque es importante, necesario, que es seguro y que lleven este mensaje a sus padres y sus familias”, explicó la portavoz.

El Censo también se ha acercado a las iglesias frecuentadas por los hispanos y las familias inmigrantes, así como ha puesto en marcha una intensa campaña en los medios de comunicación locales tanto en inglés como en español.

La Oficina del Censo comenzará a enviar a partir del próximo 17 de marzo los cuestionarios a todos los hogares, los cuales se encuentran disponibles en español.

“Si las personas no quieren que algún extraño llegue a tocarles su puerta, les recomendamos que en cuento les llegue el cuestionario den constancia de ello lo más pronto posible”, finalizó Guzmán.

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