Agencias

Demócratas dan último impulso a la reforma de salud

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Líderes demócratas del Congreso de EEUU se reunieron hoy a puerta cerrada para dar el último empujón a un acuerdo que permita la votación definitiva de la reforma de salud, mientras la oposición mantiene su muro de resistencia.

Tras nueve meses de negociaciones, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, intenta rescatar un plan reformista que, si es aprobado, ampliaría la cobertura médica a 30 millones de personas, regularía más a las aseguradoras, y reduciría los costos de salud en Estados Unidos.

Sin embargo, tras una reunión a puerta cerrada con la asesora de salud de la Casa Blanca, Nancy Ann DeParle, Pelosi dejó entrever que el voto probablemente no esté listo para el próximo 18 de marzo, antes de una gira del presidente Barack Obama por Indonesia y Australia.

“Nuestra cuenta regresiva comenzará cuando obtengamos el informe final de la Oficina Presupuestaria del Congreso (sobre el costo del plan). No lo tenemos aún… tendremos al menos una semana para conversar sobre esto, pero podría tomar más tiempo”, dijo Pelosi en rueda de prensa.

“No es algo que queremos seguir arrastrando, porque tenemos que tomar una decisión”, agregó Pelosi.

En la Cámara de Representantes se aprobó con 220 votos y en el Senado con 60, sólo que ahora el nuevo plan, fraguado con la Casa Blanca, incorporará algunos cambios de índole económico así como algunas ideas republicanas recogidas durante una “cumbre” de salud que convocó Obama hace dos semanas.

El acuerdo que negocian los demócratas resolvería asuntos espinosos relacionados con subsidios para que las familias pobres puedan comprar un seguro, más ayudas estatales para el programa de Medicaid y más ayuda para ancianos que tienen un seguro insuficiente.

La minoría republicana mantiene un frente unido en contra del plan, argumentando que es muy costoso y no resolverá la crisis del sistema de salud.

“Los estadounidenses no tienen prisa porque se apruebe este o ningún otro proyecto de ley de 2.700 páginas que se haga pasar por reforma pero que aumenta los costos del cuidado de salud”, dijo desde el pleno del Senado, el líder de la minoría republicana, Mitch McConnell.

En una carta a McConnell, el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, delineó el plan actual de los demócratas para lograr la votación decisiva de la reforma de salud.

El plan es que la Cámara de Representantes vote la versión que aprobó el Senado en diciembre pasado y, posteriormente, ambas cámaras modifiquen la legislación en un segundo proyecto de ley.

Esos cambios se votarían bajo un procedimiento parlamentario que sólo requiere la aprobación de mayoría simple, es decir 51 votos.

Esa táctica impediría que la oposición republicana pueda torpedear la votación final de la reforma.

Mientras, Obama se ha embarcado en una intensa campaña de persuasión para que el Congreso vote de una vez la reforma, y el miércoles insistió durante un discurso populista en St. Louis (Misuri) en que “se acabó la hora de hablar”.

El lunes, Obama viajó a Pensilvania para cabildear por la reforma. El mandatario tiene previsto reunirse con las bancadas de legisladores afroamericanos e hispanos en la Cámara de Representantes para discutir la estrategia para lograr la reforma.

Una tercera parte de la comunidad latina en EEUU carece de seguro médico y la reforma de salud es otra petición de los activistas pro-inmigrantes.

“Es parte de la agenda de nuestra comunidad, pero no es la agenda completa…necesitamos también una reforma migratoria y vamos a seguir empujando por las dos”, dijo a los periodistas Eliseo Medina, un vicepresidente ejecutivo del Sindicato Internacional de Empleados de Servicios (SEIU), uno de los sindicatos más grandes del país.

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