Dreamers inician camino a suspensión de deportaciones

osé Machado, a la izquierda, sostiene un letrero en el que se lee “Ningún soñador se queda atrás” en alusión al inicio del proceso de inscripción para ser beneficado por un programa que suspende por dos años la deportación de jóvenes que llegaron a Estados Unidos sin autorización. (AP foto/Alan Diaz)
15 de agosto. Cientos de jóvenes que ingresaron sin autorización a Estados Unidos comenzaron el miércoles una nueva etapa en sus vidas al iniciar un proceso de solicitud de suspensión de sus deportaciones que les permitiría vivir sin miedo en el país.
Los llamados “dreamers” llenaron centros comunitarios, iglesias y recintos de varias ciudades del país para informarse, hablar con abogados y rellenar largas planillas del gobierno que les abriría la puerta a un futuro mejor: la suspensión temporal de su deportación y la obtención de un permiso de permanencia por dos años.
En las oficinas de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes en Los Angeles, CHIRLA por sus siglas en inglés, el mexicano Pedro León Martínez, terminó lo último que le faltaba para enviar su solicitud: llenar la planilla de inmigración.
“Me enteré de esta oportunidad y la tomé”, dijo el universitario que estudia psicología y estudio religiosos en la Universidad de California en Santa Bárbara. “Creo que voy a estar listo hoy pero no quiero apurarme. Quiero hacer bien las cosas”.
Al igual que el joven de 20 años, otros 100 “dreamers” iban a llenar sus planillas y estaban listos para enviar sus solicitudes, de acuerdo con Jorge Mario Cabrera, portavoz de la organización angelina.
Para Lorena Montalbán, una ecuatoriana de 18 años que acudió a una sesión informativa en la iglesia Santa María del bajo Manhattan, “esta es una oportunidad enorme para mí. Pensé que terminaría ‘high school’ para acabar en una fábrica o algo así, pero ahora voy a estudiar medicina y luego podré trabajar. Estoy algo nerviosa pero muy alegre”,
Los jóvenes inmigrantes esperaban en una fila alrededor de la iglesia neoyorquina, hablaban animadamente entre ellos y conocían a abogados con los que se sentaban para oír respuestas a sus preguntas y saber si cumplen con todos los requisitos del programa.
En juego está su destino y nadie parecía dispuesto a echarlo por la borda, especialmente ahora que se sabe que sólo se podrá apelar bajos circunstancias muy especiales.

Sesión informativa para dreamers en un sala de la iglesia Santa María, en el bajo Manhattan, el 15 de agosto del 2012. (Foto AP/Richard Drew)
“Hagan las cosas con calma, revisen todos los documentos y busquen todos los documentos que puedan tener”, recomendó en Myriam Ortíz, quien estaba llenando su formulario en Los Angeles luego de reunir sus documentos durante un mes y de buscar información y asesoría unas tres o cuatro veces.
Los servicios de inmigración han anunciado que los documentos de identidad y de otro tipo requeridos pueden ser el pasaporte o el acta de nacimiento, certificados escolares, certificados médicos, actas de transacciones financieras o documentos del servicio militar.
Según el Departamento de Inmigración y Ciudadanía (USCIS de acuerdo con su siglas en inglés) sólo se podrá apelar en casos muy especiales.
Alejandro Mayorkas, Director de USCIS, dijo que si se acepta la solicitud es sólo para suspender la deportación y que eso no significa que se “provea un estatus legal (definitivo) o un camino a la ciudadanía”.
La abogada Meredith Brown explicó en Los Angeles que “si tienes un delito grave por manejar ebrio, tienes un delito grave por manejar ebrio y no podrás apelar, pero si inmigración, digamos, te envía un documento a la dirección equivocada y tu nunca lo recibiste y te niegan el caso, entonces podrías apelar”.
El programa del gobierno del presidente Barack Obama permite que los solicitantes, jóvenes que fueron traídos por sus padres a Estados Unidos de forma ilegal cuando eran niños, puedan renovar sus permisos de trabajo a los dos años.
Felipe Sousa Matos llego de Brasil en el 2001, cuando tenía 14 años. Sin papeles pudo estudiar con becas en el Miami Dade College y acaba de graduarse a los 26 años de una universidad privada de negocios. Sin papeles, no puede trabajar.
Durante 20 días preparó una serie de documentos y el miércoles estaba listo para despachar por el correo la solicitud de papel azul que ya había firmado. “Está lista, hoy va a estar en el correo”, dijo Matos a la AP.
Actos similares y ruedas de prensa se realizaron durante el día en varias ciudades del país.
En total, miles de personas enviarían sus solicitudes en los próximos meses. CHIRLA tiene como meta concretar 10.000 solicitudes llenas en el próximo año, de acuerdo con su directora ejecutiva Angélica Salas. Hasta ahora ha recibido peticiones de ayuda o se ha comunicado con unos 30.000 solicitantes potenciales, agregó.
Según el gobierno y el Pew Hispanic Center, se calcula que entre 800.000 y 1,7 millones de jóvenes sin papeles podrían beneficiarse de la iniciativa. Los beneficiarios potenciales son los mismos que hubieran podido haber accedido al proyecto de ley DREAM.
Algunos de los más de 600 “dreamers” en la iglesia de Manhattan leían con atención la planilla azul I-821D (Consideration of Deferred Action for Childhood Arrival) que deben rellenar y ya pueden enviar por correo al Departamento de Inmigración y Ciudadanía (USCIS por sus siglas en inglés). Las otras dos planillas necesarias para obtener el permiso de trabajo temporal son la I-765, (Application for Employment Authorization) y el cuestionario I-765WS.
Jóvenes inmigrantes sin papeles deben cumplir los siguientes requisitos para beneficiarse del programa: 1) tener 30 años o menos al momento del anuncio el 15 de junio; 2) haber estado en Estados Unidos al menos cinco años; 3) haber llegado al país antes de cumplir los 16 años; 4) estar inscrito en una escuela primaria, media o secundaria, pública o privada, o haber concluido estudios en una escuela secundaria estadounidense u haber obtenido un certificado de aprobación del examen en inglés de Desarrollo Educativo General (GED por sus siglas en inglés); y 5) haberse alistado en las fuerzas armadas y/o haber cursado o cursar estudios universitarios.
Deben enviar a las autoridades migratorias documentos médicos, escolares o financieros que demuestren estos requisitos, junto a las tres planillas que pueden encontrar en el portalHTTP://WWW.USCIS.GOV/CHILDHOODARRIVALS .
Tras pagar además una cantidad de 465 dólares, recibirán del gobierno un recibo y más adelante una cita para someterse a una prueba de huellas dactilares.
La abogada de inmigración de Carolina del Norte, Helen Parsonage, dijo que se trata de un proceso abierto, que no tiene prescripción. “Por ejemplo, hay muchos dreamers que van a cumplir 15 años y cuando lo hagan van a poder aplicar”.
Opositores al programa de suspensión de deportaciones lo han criticado con dureza, calificándolo como una amnistía para gente que entró ilegalmente a Estados Unidos.
El congresista republicano Lamar Smith, presidente del comité judicial de la cámara baja, ha dicho que la iniciativa de Obama permitirá a inmigrantes sin papeles obtener trabajo mientras 23 millones de estadounidenses carecen de él.
El costo del programa podría ser entre 467,7 millones y 585,4 millones de dólares, según un documento obtenido por The Associated Press.
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