Agencias

Desesperación en Acapulco; 57 muertos en México

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Vecindarios enteros inundados y personas paradas en los techos de las casas después de que la tormenta tropical Manuel golpeara el famoso Puerto turístico de Acapulco, México, el martes 17 de septiembre de 2013.  Cientos de turistas han resultado damnificados a la vez y hoy buscan los medios para salir del famoso balneario. (AP/ Bernandino Hernandez)

Vecindarios enteros inundados y personas paradas en los techos de las casas después de que la tormenta tropical Manuel golpeara el famoso Puerto turístico de Acapulco, México, el martes 17 de septiembre de 2013. Cientos de turistas han resultado damnificados a la vez y hoy buscan los medios para salir del famoso balneario. (AP/ Bernandino Hernandez)

Acapulco, México, 18 de septiembre.  La cifra de fallecidos por las tormentas que han afectado varias partes de México aumentó a 57, mientras desesperados residentes en el balneario de Acapulco saquearon al menos un almacén y miles de turistas aún aguardaban ser sacados vía aérea del puerto, incomunicado por las intensas lluvias del fin de semana.

Docenas de policías estatales resguardaban el miércoles la entrada de una tienda en Acapulco, parcialmente inundada y localizada en una de las principales avenidas del puerto, donde horas antes residentes entraron y se llevaron comida, ropa y en algunos casos pantallas de televisión y algunos aparatos electrodomésticos.

Mexico, 18 de septiembre. Cientos de personas caminaban entre las aguas estancadas del estacionamiento del almacén en busca de cualquier cosa, comida o bebidas, que los saqueadores pudieran haber tirado. Algunos más pedían que se reabriera la tienda.

“Si no podemos trabajar, hay que venir por comida”, dijo Anastasio Barrera, un pescador de 60 años que permanecía con su esposa fuera de la tienda. “El gobierno municipal no hace nada por nosotros y el gobierno estatal tampoco”, agregó.

El país fue azotado el fin de semana prácticamente de manera simultánea por dos tormentas, Manuel por el Pacífico e Ingrid por el Golfo de México, que provocaron severas inundaciones, deslaves y caídas de puentes.

El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, dijo que la cifra de fallecidos se había incrementado hasta la noche del martes a 57. El número anterior de víctimas era de 47.

México aún enfrenta otra posible amenaza meteorológica. Una baja presión se ha formado en la Península de Yucatán, en el este del país, que según los expertos podría convertirse en un ciclón en los próximos días.

Mientras, Manuel -la misma tormenta que golpeó Acapulco- se fortaleció y se convirtió en depresión tropical en el Pacífico y se dirigía hacia la Baja California, en el noroeste del país.

La desesperación crecía entre los más de 800.000 residentes de Acapulco, de los cuales miles han visto sus casas inundadas lo que los ha obligado a irse a albergues temporales. Paquetes con alimentos eran trasladados hacia el puerto en los mismos vuelos que llegaban para rescatar a los turistas.

Con el aeropuerto cerrado y las autopistas bloqueadas, al menos 40.000 turistas quedaron varados tras haber acudido a un fin de semana largo con motivo de los festejos del inicio de la lucha de independencia de 1810.

Autoridades continuaron el miércoles la habilitación de algunos vuelos de líneas comerciales y aviones militares para hacer un puente aéreo y sacar a los turistas.

Aeroméxico e Interjet son las dos líneas que han sido autorizadas para enviar aviones al puerto.

Todos aquellos que no pudieron esperar a que se cumpla la promesa del gobierno de reabrir los caminos en dos días y tampoco han podido abordar algún avión comercial, llenaron la Base Aérea militar que está a unos 20 minutos al norte del puerto de Acapulco, donde un puente aéreo compuesto por poco más de una decena de aviones transportó a los turistas a la capital del país. La base militar que, está frente a una playa generalmente tranquila, se convirtió en lo que parecía una zona de conflicto.

Familias vestidas con pantalones cortos y sandalias esperaron hasta ocho horas afuera de las puertas de la base, controlados por soldados armados con fusiles, hasta que les permitieron llevar hasta la pista sus maletas, cajas transportadoras de mascotas y niños con ojos rojos, donde se daban furiosos empujones para tener la posibilidad de ganar uno de los 150 asientos en el próximo Boeing 727 de la Fuerza Aérea.

Autoridades militares informaron que sólo dos de los aviones de pasajeros estaban en servicio, aunque unos pocos cientos de personas alcanzaron lugar en uno de los cinco helicópteros o siete aviones de carga también prestados para tareas de puente aéreo.

Muchos relataron historias de terror tras pasar el fin de semana atrapados en sus hoteles por los aguaceros y descubrir al salir que no había camino de regreso a casa.

“Probablemente sea una de las peores vacaciones que he tenido”, dijo David Jefferson Gled, un británico de 28 años que trabaja como maestro de inglés una escuela privada en Ciudad de México. “No eran realmente vacaciones, parecía más un encarcelamiento”, añadió.

“Es horrible, no hemos comido nada desde las 9 de la mañana”, dijo Lizbeth Sasia, de 25 años, una maestra de la ciudad de Cuernavaca. “Siempre dicen eso, en el siguiente (vuelo), pero nunca llega el siguiente”.

Al final del martes, 24 horas después de que la mayoría de los turistas tenían previsto estar de vuelta a sus lugares de origen, unas 2.750 personas habían logrado salir de Acapulco, según el gobierno estatal.

Acapulco es un puerto muy frecuentado por turistas nacionales y se localiza a casi 400 kilómetros al suroeste de la capital del país.

El secretario de Gobernación dijo que de los 57 fallecimientos registrados 27 ocurrieron en Guerrero -estado donde se encuentra Acapulco-, 12 en Veracruz, cuatro en Hidalgo, cuatro en Oaxaca, tres en Puebla, dos en Jalisco, dos en Michoacán, uno en Tamaulipas, uno en Morelos y otro más en Coahuila.

 

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