La Tierra, un planeta enfermo pero lleno de esperanza
Aumento de emisiones de dióxido de carbono (CO2), acidificación de los mares, deshielo de los polos, desertización, extinción de especies. Así llega el planeta al cuarenta aniversario del Día de la Tierra.
Hace cuarenta años, el 22 de abril marcó el comienzo del movimiento medioambiental tal como se le conoce en la actualidad. El senador de Wisconsin, Gaylord Nelson, fue el precursor de la primera protesta medioambiental importante en Estados Unidos. El objetivo: movilizar y forzar a los políticos a que incluyeran en la agenda política esta problemática.
Este hecho suscitó el interés entre los estudiantes por el medioambiente y les animó a desarrollar proyectos de sensibilización en sus comunidades. Fue solo una apuesta, pero funcionó dijo Nelson en aquel entonces.
LOS GRANDES MALES DEL PLANETA.
Sin embargo, el planeta sufre aceleradamente problemas medioambientales que los países no parecen estar muy dispuestos a solucionar, como quedó demostrado en la XV Conferencia Internacional sobre el Cambio Climático, que se celebró en Copenhague (Dinamarca) entre el 7 y el 18 de diciembre de 2009.
Según algunos expertos, la base del deterioro que sufre el planeta esta centrada básicamente en tres puntos: En primer lugar, el desorden global, uno de cuyos efectos es el cambio climático, que consiste en el cambio de las reglas que organizan el mundo vivo y amenaza las condiciones de vida, a las cuales la especie humana esta adaptada. En segundo lugar, un proceso de perdida de biodiversidad, que es la red de relaciones y servicios que prestan los ecosistemas para que podamos vivir y que también se esta deteriorando. Y, por último, la crisis energética.
A estos tres graves problemas, hay que sumarles los múltiples procesos de contaminación, la amenaza del desorden nuclear y la contaminación química. Todo ello significa que nuestro planeta se encuentra en un momento muy delicado y que necesita de apuestas arriesgadas y definitivas por parte de los Gobiernos.
Por eso el objetivo primordial durante la celebración del Día de la tierra no debe ser otro que llamar la atención de los medios y de las personas sobre la dimensión tan grave que tiene esta situación. El simple hecho de la celebración de una fecha concreta sobre la Tierra probablemente no vaya a tener una gran trascendencia, si luego no hay medidas políticas y de presión social, pero sigue siendo de utilidad que, al menos un día, llame la atención y se promueva la reflexión sobre esta problemática.
Los grupos ecologistas sostienen que la crisis ambiental esta Íntimamente ligada con el modelo socioeconómico imperante, en el que la producción es ilimitada.
Mientras la sociedad este centrada en el crecimiento económico como objetivo primordial, sin importarle como se construye, no vamos a salir de la situación en la que nos encontramos.
Se espera que algún día seamos capaces de tomar conciencia de que es necesario cambiar profundamente la forma de producir, la forma de consumir y la forma de organizar la economía, para poder garantizar la vida sostenible. En ese momento, probablemente, la celebración del Día de la Tierra deje de tener tanto sentido.
ENTRE LA POLITICA Y EL ESFUERZO ECOLOGISTA.
La organización Greenpeace señala que este Día es una oportunidad para aunar esfuerzos entre las organizaciones ecologistas y para mostrar su desacuerdo con las actuales políticas medioambientales.
El Día de la Tierra es un buen momento para recordar la necesidad de luchar contra el cambio climático. Además, este año casi ha coincidido con las negociaciones de Bonn, Alemania, en donde se ha vuelto a poner en marcha la maquinaria de Naciones Unidas, anticipo de la reunión que se celebrará en Cancún, México, el mes de diciembre próximo.
La primera reunión de expertos sobre el cambio climático tras la cumbre de Copenhague concluyó el pasado día 11 de abril en la ciudad germana con la voluntad de que se pueda firmar, a final de año en Cancún, un acuerdo vinculante de reducción de gases contaminantes.
La reunión de Bonn, a la que asistieron cerca de dos mil representantes de los 94 países que integran la Convención de la ONU de Cambio Climático, sirvió para esbozar el calendario de actividades para los próximos meses con miras a un acuerdo en la cumbre de Cancún.
Ahora es un buen momento para recordar a los líderes políticos la necesidad de alcanzar compromisos amplios en cuanto a la reducción de emisiones, alineados con las recomendaciones científicas. Se deben poner sobre la mesa de negociación los elementos necesarios para firmar un acuerdo justo, ambicioso y legalmente vinculante, a finales de año en México.
EN COCHABAMBA, POR LOS DERECHOS DE LA MADRE TIERRA.
Entre el 20 y el 22 de abril, coincidiendo con el Día de la Tierra, se celebrará en la localidad boliviana de Cochabamba la Conferencia Mundial sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra. El Gobierno de Bolivia adelantó que participarán en ella mas de un centenar de países.
El presidente boliviano, Evo Morales, destacó que habrá una amplia representación de movimientos sociales de los “cinco continentes”, de expertos y defensores del medioambiente y la “Madre Tierra”.
En Cochabamba se debatirán planes de acción global para promover un referendo mundial sobre cómo debe encararse la “crisis climática”, pero también se debatirá sobre la “deuda climática” de los países ricos por los daños que causó su modelo de desarrollo capitalista, según adelantaron funcionarios del Gobierno.
“Estamos muy pendientes de la reunión de Cochabamba con motivo del Día de la Tierra y en la que también el objetivo principal es discutir sobre cambio climático, para intentar aunar las posiciones de los diferentes bloques de negociación, e ir creando un ambiente de confianza de cara a la Cumbre de Cancún.
El Día de la Tierra, rememorando su espíritu inicial, se celebrara con manifestaciones en la mayor parte de los países que formamos parte de este planeta al que estamos arraigados y al que, peligrosamente, tratamos.
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