La generación de la guerra contra el terrorismo
A diferencia de sus progenitores, los hoy jóvenes adultos crecieron con atentados terroristas a EE.UU. y “convivieron” durante su infancia con las alertas de ataques, revisiones minuciosas de los aeropuertos y los trámites largos y tediosos para verificar su identidad.
Bryan Page, director del Departamento de Antropología de la Universidad de Miami, dice que las nuevas generaciones han aprendido a vivir en un país vulnerable a ataques terroristas muy diferente al que vivieron sus padres.
“Aprendieron que la vida en EE.UU. no es tan segura como era antes para sus antepasados y que en cualquier momento un suceso malo puede ocurrir, es una mentalidad muy diferente”.
“Los jóvenes de antes tenían un sentido de inmortalidad y hasta cierto punto, los de hoy todavía lo tienen pero las imágenes de la gente muriendo en el 9/11 y la destrucción del World Trade Center les dio una idea de la muerte repentina que antes no existía en gente de esa edad”, agregó.
De alguna forma, la guerra contra el terrorismo la viven y la hacen parte de su cotidianeidad, y por supuesto celebran cuando es necesario, sólo hay que recordar cuando miles de jóvenes salieron a las calles de Washington, D.C. y se instalaron frente a la Casa Blanca para celebrar la muerte de Osama bin Laden.
Es un sentimiento que sólo los jóvenes adultos poseen por lo que presenciaron, dice el antropólogo de la Universidad de Miami. “Fue muy interesante la reacción inmediata de los jóvenes por la muerte de Bin Laden, eran chiquillos de 10 años cuando pasó lo de los ataques de Nueva York, así que existió el sentimiento de alivio de una amenaza menos en el mundo”, señaló Page.
En cambio, la reacción de los que hoy son menores de edad es totalmente diferente a la de los jóvenes, dijo la psicóloga Tracy Poon, especialista del Centro de Salud Ambiental World Trade Center.
La razón es porque el terrorismo actual no les causa efectos negativos porque no están atentos a ese tema.
“Lo que nosotros (los psicólogos) hemos visto en niños, es que se presentan experiencias dramáticas como ansiedad y otras reacciones normales ante estos acontecimientos pero cuando hay casos extremos es porque influyen otros desórdenes mentales que ya se tenían”, dijo Poon.
Como psicóloga, señaló que las reacciones contra el terrorismo dependen de la edad y el nivel mental de los niños, pero normalmente no son dramáticas porque los infantes no están enfocados en ese tema.
Incluso en los jóvenes, dijo Poon, quien calificó la reacción de celebración ante la muerte de Osama bin Laden como una forma de expresión común de la sociedad estadounidense.
El antropólogo Page coincide con Poon en ese sentido pero sí hace hincapié en la forma cómo la nueva generación puede ver la vida o actuar. “Representan una generación que puede ver la vida desde dos puntos de vista: valorarla o empezar a ver el dolor y los horrores del terrorismo como algo normal, convirtiéndose en seres más fríos, eso sólo el tiempo lo dirá”, finalizó.
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