María Teresa Bonilla

“Noche de historias cantadas” (Concierto de Ricardo Arjona en Phoenix 2006)

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En el concierto que Ricardo Arjona brindó en Phoenix en 2006 el cantante confesó a la audiencia que la primera “mojada” que conoció era su propia madre, quien hace mucho tiempo tuvo que venir a este país a trabajar en una maquiladora en Nueva York para pagar una deuda que en ese momento había adquirido su familia.

En el concierto que Ricardo Arjona brindó en Phoenix en 2006 el cantante confesó a la audiencia que la primera “mojada” que conoció era su propia madre, quien hace mucho tiempo tuvo que venir a este país a trabajar en una maquiladora en Nueva York para pagar una deuda que en ese momento había adquirido su familia.

Por Maria Teresa Bonilla

Publicado en el Periodico La Voz, Agosto 9, 2006

El lugar de la cita: Una estación del metro. La hora: 8 de la noche, el protagonista: Uno de los mejores contadores de historias, quien simplemente le ha puesto música a sus relatos.

Esta no parece ser la escena de un concierto común. ¿Pero qué puede ser común en un cantante como el guatemalteco Ricardo Arjona, que a través de sus letras se ha atrevido a decir muchas verdades incómodas pero que finalmente son el reflejo del mundo en el que vivimos?

La escenografía de un ambiente un tanto oscuro que recreaba una estación de un metro, con grafitis y todo, fue lo primero que los fanáticos de Arjona pudieron ver una vez que ocuparon sus sillas en el Dodge Theatre.

Después de un poco más de 20 minutos de espera llegó al encuentro con su público un poeta moderno. Vestido de negro y con su distintivo cabello largo, apareció en la escena aquel que por dos horas interpretó temas sobre mujeres de la noche, de las cuatro décadas y mujeres comunes. Así también cantó historias de taxistas, de amores imposibles de olvidar, de secuestros y hasta de Jesús.

Ante un recinto completamente ocupado, Arjona simplemente hizo una de las mejores cosas que sabe hacer, cantar historias cotidianas de una manera deliciosa con un estilo único.

La primera de ellas fue “Iluso”, un controversial tema de un extraño que se encuentra precisamente en el metro con una mujer de la noche, una “muñeca rota”, como él la describe en su canción. Luego interpretaría “Para bien o para mal”, a la que siguieron éxitos como “Acompáñame a estar solo” y “El taxista”.

Inmediatamente el artista saludó a sus seguidores, haciendo énfasis en un saludo especial a sus compatriotas guatemaltecos, algunos de los cuales ondeaban la bandera del país centroamericano desde sus asientos.

Pero el lugar de donde se provenga es lo de menos. Así lo hizo sentir Arjona, ya que sus canciones son el reflejo de la problemática Latinoamericana en general y de historias de barrio, que sólo pasan en nuestros golpeados países.

Por eso aunque Arjona también interpretó temas de corte más “light” como “Desnuda” o “¿Por qué es tan cruel el amor?”, fueron temas como “La nena”, un conmovedor relato sobre un secuestro de una niña, los que más impactaron al público.

Y es que hay que hacer un punto y aparte sobre este momento de la presentación de Arjona, ya que es tal el compromiso que tiene el cantante de que su público se conecte con su música que no sólo le canta, sino que la hace vivir.

Así lo demostró cuando interpretó la polémica canción en cuestión, ya que lo hizo encerrado dentro de una jaula, mientras impactantes imágenes del video de “La Nena” eran transmitidas en las distintas pantallas instaladas en el escenario.

Luego de esta experiencia todavía venía otro tanto de emoción, que alcanzó su máximo cuando el guatemalteco cantó “Mojado”, que como la gran mayoría sabrá resume la historia de los muchos que vienen a esta tierra detrás del gran sueño americano.

Pero quizá lo que más impactó no fue el tema en si. Más bien lo que hizo que muchos de los presentes admiraran aún más a Arjona fue el hecho de que el cantautor compartiera un pasaje íntimo de su vida.

Y es que el artista confesó a la audiencia que la primera “mojada” que conoció era su propia madre, quien hace mucho tiempo tuvo que venir a este país a trabajar en una maquiladora en Nueva York para pagar una deuda que en ese momento había adquirido su familia.

A este punto el recinto estaba en ebullición y fascinado con el excelente panorama musical que les estaba ofreciendo Ricardo Arjona, quien continuó deleitando con otra de sus canciones bandera y que más lo ha dado a conocer: “Si el norte fuera el sur”.

El cantante, que regaló más de 25 temas, todos de su autoría, no quiso dejar por fuera de su repertorio canciones como “Tarde”, “El problema” “Te Conozco”, “Dime que no” y “Señora de las cuatro décadas”. En esta última fue el propio cantante quien escogió a una dama entre el público para que representara la imagen de mujer a la cual va dedicada la melodía.

Sin embargo, si el principio y el desarrollo de este magnífico espectáculo brindado por Arjona fueron de satisfacción absoluta del público, el final se llevó palmas aparte. Luego de interpretar “Jesús es verbo y no sustantivo”, donde se apoderó de la guitarra y “Minutos”, el artista dejó el escenario en un ademán de despedida, aunque atraído por sus seguidores, quienes le pedían una canción más.

Ricardo Arjona, quien se encuentra presentando la gira “Tour Adentro 2006”, de la que hizo parte este concierto en Phoenix, presentó en esta ciudad uno de los mejores conciertos que quedarán en el recuerdo de este 2006.

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