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Despiden a niños calcinados en un autobús escolar en Colombia

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Niños frente a un altar improvisado en Fundación, Colombia, en recuerdo de 33 pequeños que murieron calcinados al incendiarse un autobus (AFP | Luis Acosta)

Niños frente a un altar improvisado en Fundación, Colombia, en recuerdo de 33 pequeños que murieron calcinados al incendiarse un autobus (AFP | Luis Acosta)

Fundación, Magdalena. 28 de mayo. Los restos de 28 niños calcinados en un autobús en Colombia regresaban en caravana este miércoles a Fundación, su poblado de origen, para recibir sepultura colectiva diez días después de la tragedia.
El cortejo fúnebre partió de la vecina ciudad de Barranquilla hacia Fundación, donde eran esperados por miles de personas que comenzaban a agolparse en el cementerio, tras el tortuoso proceso de identificación de las víctimas con pruebas de ADN.

El presidente Juan Manuel Santos prevé asistir al homenaje en Fundación, un empobrecido poblado del norte colombiano. Banderines blancos y morados adornan el camino hacia el campo santo a ambos lados de la vía.
“Todo el pueblo quiere estar aquí”, dijo a la prensa la alcaldesa de Fundación, Luz Estela Durán.
Los menores murieron carbonizados en el vehículo en el que regresaban de un servicio religioso el 18 de mayo. El fuego se inició cuando el conductor del autobús intentó reiniciar la marcha inyectando gasolina al carburador a través de una manguera.

Treinta y tres niños fallecieron, la mayoría en el momento. Cinco de los cuerpos ya fueron enterrados y el resto recibirá sepultura este miércoles.
“Después de la ceremonia, vamos a sembrar 33 arboles (…), que representan la vida de cada uno de sus hijos”, dijo la alcaldesa.

Cientos de policías, bomberos y socorristas fueron movilizados para acompañar la ceremonia.”Calculamos que unas 10.000, 12.000 personas van a estar llegando hasta el cementerio”, declaró a la AFP el coronel Adán León, comandante de la policía en el departamento de Magdalena, en cuya jurisdicción está Fundación.

Después de ocurrida la tragedia, la fiscalía descubrió que el vehículo transitaba ilegalmente y que el conductor no tenía licencia de manejo. El hombre y el pastor evangélico que organizó el servicio religioso están presos y enfrentan una condena de hasta 60 años por homicidio culposo agravado.

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