El escándalo de la carne equina sacude al mundo de las cooperativas agrícolas

El escándalo de la carne de caballo ha puesto en evidencia el tamaño que han adquirido las cooperativas agrícolas, que funcionan actualmente más como multinacionales que como herramientas mutualizadas al servicio de su terruño. (AFP | Gerard Julien)

Paris, Francia, 21 de febrero. El escándalo de la carne de caballo ha puesto en evidencia el tamaño que han adquirido las cooperativas agrícolas, que funcionan actualmente más como multinacionales que como herramientas mutualizadas al servicio de su terruño.

El prestigioso Salón de la Agricultura de París se abre el sábado en pleno escándalo de un fraude masivo que ha hecho pasar como carne bovina carne de caballo en unos 4,5 millones de platos preparados.

Tras el proveedor de carne acusado del fraude, Spanghero, no se esconde un industrial privado clásico sino una cooperativa agrícola: Lur Berri, situada en los Pirineos Atlánticos (sureste de Francia).

Para la Confederación de Trabajadores del Campo, un sindicato agrícola minoritario que saltó a la fama gracias a su exdirigente José Bové, el escándalo de la carne de caballo es la prueba de que las cooperativas funcionan como “multinacionales”, que tienen por “único objetivo la búsqueda del máximo beneficio”.

El sindicato denuncia el “gigantismo” de las cooperativas “de las que han sido desposeídos los trabajadores del campo”.

Un ejemplo es Lur Berri, con una compleja estructura que comprende actividades agrícolas clásicas de producción de verduras, semillas, bovinos (en torno a 50.000 cabezas), ovinos (80.000 cabezas) y cerdos (120.000 cabezas).

También participa en la industria agroalimentaria, en particular a través de participaciones en Lutosa (patatas fritas), ADP que suministra foie gras y salmón al español Martiko, y Arcadia (matadero/transformación de carne).

En 2012, el grupo compró una participación mayoritaria (62,9%) en los foie gras y salmones Labeyrie. Resultado: en su ejercicio 2011/2012, su volumen de negocios aumentó un 85% a 1.120 millones de euros, y el excedente bruto de explotación casi un 400%, a 86,1 millones.

No es muy conocido pero las cooperativas agrícolas, que emplean a más de 160.000 personas, representan el 40% del sector agroalimentario francés.

La Confederación denuncia la multiplicación de filiales y el Modef, un sindicato muy minoritario cercano a los comunistas, insta a los 5.000 agricultores adherentes de Lur Berri a controlar su herramienta ante dirigentes que han cometido, según él, “faltas graves”.

Benoît Hamon, el ministro delegado de Economía Social (encargado de las cooperativas) y del Consumo, reconoció el miércoles ante senadores que “el mundo cooperativo está muy sacudido por lo que ocurre”.

“El presidente de Coop de Francia, Philippe Mangin, ve el impacto” posible de este asunto, “pese a que a este punto, la cooperativa Lur Berri sólo aparece de manera marginal en el caso”, explica.

Pero lo que se ha puesto de manifiesto, según el ministro, es “la gobernanza y algunos métodos bastante alejados de lo que fue en su origen el modelo cooperativo”.

Por ello se impone una reforma de la ley de 1947, sobre las cooperativas, anunció.

La operación será delicada ya que detrás está en juego la competitividad de las cooperativas. Se concentran, no paran de crecer, de constituir asociaciones. En los diez primeros meses de 2012, el sector registró 80 operaciones, fusiones entre cooperativas pero también adquisiciones de empresas privadas, según Coop de Francia.

“Este movimiento de reestructuración es crucial para las cooperativas agrícolas francesas que quieren rivalizar con sus competidores” holandeses, alemanes y escandinavos, sobre todo con un presupuesto de la Política Agrícola Común más reducido en el futuro, dice el gabinete Xerfi en un estudio publicado el miércoles.

La primera cooperativa francesa, InVivo, figuraba en 2011 sólo en la 7ª posición en Europa y en la 14ª en el ‘ránking’ mundial del sector, según Xerfi.

A título comparativo, el volumen de negocios de Lur Berri es 10 veces menor que el de una de las mayores cooperativas en el mundo, la neocelandesa Fonterra (12.400 millones de euros de ventas).

by Agencias