Agencias

La crisis política amenaza con dividir el estado de Arizona

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Informe especial Arizona, 28 de febrero – La división ideológica que existe en Arizona sobre la manera en que la gobernadora Jan Brewer y la legislatura estatal dirigen el estado en un enfrentamiento directo con el Gobierno Federal amenaza incluso con dividir su territorio.

Los abogados Paul Eckerstrom y Peter Hormel han puesto en marcha una iniciativa que permita al Condado Pima separarse del territorio de Arizona y convertirse en el estado numero 51 del país, el cual llevaría el nombre de “Baja Arizona”.

“La sola idea de que personas en el Condado Pima apoyen la idea de una separación de Arizona envía un fuerte mensaje a Phoenix de que no estamos de acuerdo en la manera en que se está dirigiendo el estado”, dijo Ekerstrom a la agencia de noticias Efe.

En su página web en el sitio social de Facebook, la organización política “Start our State” explica que la misión de este grupo es separar el sur de Arizona de lo que califican como el “extremismo” de Phoenix que controla la legislatura estatal.

Para ello pretenden establecer un nuevo estado que recupere la “credibilidad” de la región y sea un lugar donde todos sean bienvenidos, abierto al comercio y amigable para sus vecinos.

El Condado Pima cuenta con poco más de un millón de habitantes, pero son mas residentes de otros estados como Montana, Delaware o Dakota del Norte.

La senadora estatal demócrata Paula Aboud presentó una enmienda el pasado jueves que permitiría la separación del Condado Pima.

“La mayoría en la legislatura está intentando separar el estado del Gobierno Federal de muchas maneras y lo hacen sin importarles la constitucionalidad. Es muy frustrante ver a esos legisladores tratar de desmantelar nuestro estado y acabar con nuestra reputación”, dijo Aboud, líder de la minoría del senado estatal de Arizona.

La demócrata es consciente que será muy difícil y quizás nunca se logre la separación del Condado Pima del resto del estado, pero estima que esta sola idea envía el mensaje de que no todos están de acuerdo sobre las decisiones que se toman en Phoenix.

“Es el momento de detener la locura y traer la dignidad de regreso a nuestro maravilloso estado”, agregó la legisladora.

La semana pasada, el comité de apropiaciones del Senado estatal de Arizona aprobó seis proyectos de ley entre ellos la iniciativa SB1611, que convierte en un crimen manejar sin licencia de conducir y obliga a las escuelas públicas a verificar el estatus migratorio de sus estudiantes, entre otras cosas.

También se aprobaron dos iniciativas que buscan negar la ciudadanía automática a los hijos de indocumentados y otra más que obligaría a los hospitales a cuestionar el estatus migratorio de las personas que acudan a solicitar servicios médicos.

La legislatura estatal también se encuentra considerando drásticos recortes a programas de educación y a los servicios públicos de cuidado médico.

Por su parte, a principios de febrero la gobernadora Brewer anuncio una demanda al Gobierno Federal por no controlar el flujo migratorio a través de la frontera con México y tratar de impedir que estados como Arizona apliquen leyes federales de inmigración.

“La idea de separar el sur de Arizona del resto de Arizona, no es algo nuevo, pero creo que demuestra de qué forma se están dividiendo nuestras comunidades”, dijo a Efe Pancho Medina, activista local.

En su opinión los residentes del sur de Arizona, como los de la ciudad de Tucson, no comparten las ideas y la ideología de la actual legislatura.

“Yo soy mexicoamericano, nací en Arizona y me da mucha tristeza ver como en Phoenix hay tanto racismo”, afirmó Medina.

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