Agencias

Obama aplaude la ratificación de los TLC y asegura que son un “triunfo” para EE.UU.

Decrease Font Size Increase Font Size Text Size Print This Page

Washington D.C, 13 de octubre. El presidente de EE.UU., Barack Obama, celebró la ratificación en el Congreso de los Tratados de Libre Comercio (TLC) con Colombia, Panamá y Corea del Sur como un “gran triunfo” para los trabajadores y empresas estadounidenses.

“Los históricos acuerdos comerciales y la ayuda para los trabajadores estadounidenses que fueron aprobados esta noche (la del 12 de Oct.), son un gran triunfo para los trabajadores y empresas estadounidenses”, dijo Obama en un comunicado emitido por la Casa Blanca.

“El voto de esta noche, con apoyo bipartidista, aumentará significativamente las exportaciones que llevan orgullosamente la etiqueta de ‘Hecho en EE.UU.’, sustentará decenas de miles de empleos estadounidenses bien remunerados y protegerá los derechos laborales, el medio ambiente y el derecho intelectual”, argumentó el mandatario.

Con la puesta en marcha de los TLC, “los fabricantes de automóviles, agricultores, rancheros y manufactureros estadounidenses, incluyendo muchos pequeños negocios, podrán competir y ganar en nuevos mercados”, continuó.

“Espero firmar estos acuerdos, que ayudarán a alcanzar mi meta de duplicar las exportaciones estadounidenses y mantener la competitividad de EE.UU. en el siglo XXI”, puntualizó.

Obama, que como candidato presidencial en 2008 se opuso a los tratados de libre comercio, posteriormente los renegoció y colocó como piedra angular de su agenda comercial.

Según la Casa Blanca, los acuerdos aumentarán las exportaciones en unos 13.000 millones de dólares y, por ende, ayudarán a generar unos 250.000 empleos en EE.UU..

Como parte de su campaña a favor de los TLC, Obama presionó para que el Congreso ampliara hasta 2013 la Ley de Ajuste Comercial (TAA), que da ayuda económica y capacitación laboral a los trabajadores estadounidenses desplazados por la competencia del comercio exterior.

 

Prueba de fuego de acuerdos comerciales será crear empleos, y pronto

Ante la aprobación del Congreso de EE.UU., de los acuerdos comerciales con Colombia, Panamá y Corea del Sur que, al superar el muro de contención de fuerzas proteccionistas, ahora afrontarán el reto de ralentizar la hemorragia de empleos.

Los Tratados de Libre Comercio (TLC), suscritos entre 2006 y 2007 durante la presidencia de George W. Bush, recibieron el sello de aprobación en ambas cámaras del Congreso, tras una jornada de elogios y diatribas sobre la liberalización comercial.

La Casa Blanca, la mayoría de los republicanos y la clase empresarial, “venden” los TLC como un antídoto a la tasa de desempleo del 9,1 % en EE.UU., argumentando que ayudarán a incrementar las exportaciones anuales en 13.000 millones de dólares y a crear 250.000 empleos.

Es allí donde buena parte de los demócratas, y los sindicatos que los respaldan, han centrado sus ataques porque creen que, lejos de ser una panacea, los TLC van a causar una mayor fuga de empleos al exterior.

“Estos acuerdos siempre tienen ganadores y perdedores, pero sería un error exagerar los beneficios o los costos. El efecto, al final, es mas político y simbólico que económico”, dijo a Efe Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano, un centro de estudios políticos en Washington.

“En el caso de Colombia, el efecto será modesto ya que el proceso demoró tanto y reveló lo peor del sistema político en EE.UU.. Deja un mal sabor”, aseguró el analista.

Por su parte, Lori Wallach, analista del grupo Public Citizen, señaló que todo acuerdo conlleva “depósitos y retiros” y, por ejemplo, si bien aumentarán las exportaciones de EE.UU. también aumentarán “mucho más” las importaciones surcoreanas.

En esa aritmética, “lo que te queda al final es un déficit” y una pérdida de 159.000 empleos en EE.UU., advirtió.

En general, por tratarse de una relación comercial asimétrica, la proliferación de acuerdos de EE.UU. con países en vías de desarrollo tiende a beneficiar más a las multinacionales.

En cambio, las pequeñas empresas ven reducidas sus oportunidades, corren mayores riesgos de perder su cuota de mercado y, al reducir su producción, eliminan empleos.

Por ello, a lo largo del debate, los detractores señalaron que la misma promesa de prosperidad se hizo para la puesta en marcha en 1994 del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), pero éste también dejó perdedores, sobre todo en el sector manufacturero de EE.UU.. El TLCAN dejó en la calle a seis millones de trabajadores en EE.UU., indicaron.

Según un estudio reciente del progresista Instituto de Política Económica, el déficit comercial de Estados Unidos con México se disparó en 107.000 millones de dólares entre 1993 y 2004.

Del lado mexicano, el TLCAN, que inundó el sector agropecuario de ese país, provocó el éxodo hacia el Norte de millones de mexicanos indocumentados.

El temor es que, pese a la eliminación de aranceles y un mayor acceso al mercado de EE.UU., un “dumping” agrícola similar ocurra en Colombia y perjudique a miles de agricultores. El TLC con Colombia arrojaría un baldazo de agua fría para algunos rubros, en particular los sectores de arroz y leche.

Según la Comisión de Comercio Internacional de EE.UU., la agencia independiente que evaluó los TLC en 2007, su efecto económico en este país será mínimo porque, en su conjunto, conforman un mercado relativamente pequeño para este país.

Los TLC, en todo caso, presentaban al presidente de EE.UU., Barack Obama, la disyuntiva de congraciarse con el empresariado, con el que había mantenido unas relaciones tibias, y responder a las exigencias de los sindicatos para la creación de empleos.

El presidente de la federación sindical AFL-CIO, Richard Trumka, ha advertido desde siempre de que los pactos “exportarán” más empleos fuera de EE.UU. Como edulcorante, el Congreso también extendió hasta 2013 la Ley de Ajuste Comercial, que ayuda a los estadounidenses desplazados por los efectos de la globalización.

Aún así, no son pocos los que opinan que, ante la incertidumbre económica en EE.UU., el apoyo a los TLC es sinónimo de suicidio político de cara a los comicios de 2012, en los que estarán en juego la reelección de Obama y la de muchos miembros del Congreso.

La apuesta de Obama y demás partidarios es que los TLC empiecen a generar, y muy pronto, los empleos prometidos a corto y mediano plazo en este país.

 

 

You must be logged in to post a comment Login