‘De repente el viento comenzó a soplar’, explicó Hoye. Sin embargo, varios de los presentes en en lugar se preguntaron por qué los funcionarios no decidieron evacuar a las 12 mil personas que estaban allí, ya que la tormenta era inminente.

“Me temo que nadie sentado frente al radar climatológico pudiera haber sabido qué es lo que iba a suceder’, expresó Robert Klinestiver, un médico que estaba en primera fila junto a su hija de 12 años, esperando por el concierto de dúo Sugarland. Cuando vio que el cielo se puso negro, que levantaba viento y que se comenzaba a escuchar ruidos a metales, agarró a su hija y salió corriendo. Parte de las estructura cayó a dos pies de él, según contó. Las piernas de alguien quedaron atrapadas por esa parte de la estructura, mientras la gente gritaba y lloraba. El Dr. Klinestiver junto a otras personas, comenzaron a ayudar a la gente atrapada.

Los funcionarios estatales dijeron que la investigación podría llevar semanas y los funcionarios de la feria, que se celebra desde hace 150 años y atrae a 50 mil personas por día, dijeron que ellos hicieron todo lo correcto antes de la tormenta.

En un edificio cercano al escenario se ubican todos los empleados de la feria, incluido un meteorólogo, quien monitoreó el clima desde las 6 PM. Luego de que el Servicio Meteorológico Nacional emitió la alerta para la zona, se comunicó unas 4 veces con esta agencia, según está en el expediente de la causa.

Minutos antes de la tragedia, mientras los adolescentes esperaban el concierto del dúo Sugarland, la feria hizo un anuncio de advertencia de que una gran tormenta se acercaba, y que eso podía retrasar la función y que había refugio disponible en tres instalaciones. Algunas personas decidieron irse. Pero el anuncio no era una orden de evacuación. Por lo tanto, como no llovía, otros decidieron quedarse, en especial los fanáticos, quienes como siempre, estaban bien cerca del escenario, lugar donde hubo los peores daños.