Agencias

Liberan a José Antonio Vargas, periodista y activista indocumentado, que había sido detenido

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Vargas fue detenido cuando intentaba abordar un avión en el aeropuerto de McAllen de Texas en dirección a Los Angeles, en California.

Vargas fue detenido cuando intentaba abordar un avión en el aeropuerto de McAllen de Texas en dirección a Los Angeles, en California.

15 de julio. Tras varias horas de detención, la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos liberó hoy al indocumentado más conocido del país, el periodista y activista José Antonio Vargas, luego de retenerlo en un aeropuerto de Texas, estado epicentro de una creciente crisis migratoria.

“Fui puesto en libertad por la Patrulla Fronteriza. Quiero dar las gracias a todos los que me apoyaron a mí y a los inmigrantes indocumentados del sur de Texas y en todo el país”, informó Vargas en un comunicado, citado por la agencia de noticias EFE.

“Nuestra vida diaria se llena de temor en actos simples, como subirse a un avión para ir a la casa de nuestra familia. Con el Congreso sin actuar sobre la reforma migratoria, y el presidente (Barack) Obama sopesando sus opciones de decretos, la cuestión fundamental sigue siendo: ¿Cómo definimos qué es ser un estadounidense?”, agregó el periodista y activista.

Vargas, que emigró de niño desde Filipinas, había viajado a la ciudad de McAllen para unirse a otros grupos en una vigilia de apoyo a menores centroamericanos que están llegando masivamente a Estados Unidos por la frontera suroriental en una desesperada búsqueda por un futuro mejor.

“Vargas intentó abordar un avión hacia Los Angeles, donde tenemos programada la proyección de nuestra película `Documented`. Vargas no logró pasar el control de seguridad en el aeropuerto. Creemos que está siendo interrogado por la policía fronteriza”, explicó en un comunicado leído ante la prensa Ryan Eller, director de campaña de Define American, una ONG fundada por Vargas. Tania Chavez, parte de los jóvenes activistas indocumentados que acompañó a Vargas durante su visita a McAllen, informó más tarde a la cadena de noticias CNN, que el famoso periodista devenido activista fue detenido en el aeropuerto porque “no tenía la documentación apropiada”.

Antes de ser detenido, Vargas había escrito en su cuenta de Twitter: “A punto de pasar por la seguridad del aeropuerto McAllen. No sé lo que pasará. Los únicos documentos que tengo son el pasaporte filipino y mi edición de bolsillo de la Constitución de Estados Unidos”.

Una hora después, Ryan Grim, un periodista de sitio web Hufftington Post que viajaba con Vargas, posteó una foto del activista de 33 años siendo esposado en el aeropuerto.

Frente a la prensa, Eller hizo un llamado al presidente Barack Obama para que libere a Vargas. Poco después, el vocero de la Casa Blanca, Shawn Turner, se negó a comentar sobre el tema.
Vargas se había hecho famoso en 2008 tras ganar un premio periodístico Pulitzer, y desde allí creció como activista y se hizo aún más conocido por relatar la historia de los millones de indocumentados que, como él, son estadounidenses a todos los efectos, pero se enfrentan al peligro constante de la deportación.

Vargas llegó a Estados Unidos a los 12 años con su abuelo y ha vivido en el país de manera irregular desde entonces. Su reportaje Documented, emitido recientemente por la cadena CNN, volvió a poner en el centro de la escena los problemas de los niños que han crecido en Estados Unidos y no conocen otro país, pero se arriesgan a ser expulsados en cualquier momento.

Además de participar en los actos de apoyo a los niños centroamericanos, el periodista y activista estaba en McAllen documentando la labor de las organizaciones que ayudan a las familias con niños que llegan a la frontera.

Estas personas son detenidas y registradas, pero poco después son puestas en libertad, sin recursos, debido a la imposibilidad de mantenerlas en centros sobrepasados por la avalancha. La mayoría proviene de Centroamérica, la región más violenta del mundo, según estimaciones de la ONU.

La región de Rio Grande Valley, donde se encuentra McAllen, está controlada por la Patrulla Fronteriza y policías locales y estatales a lo largo del Río Grande y el Río Bravo, por donde llegan las oleadas de inmigrantes, entre ellos 57.000 menores solos en los últimos nueve meses.

Este último aluvión activó todo tipo de alarmas en la Casa Blanca y obligó a activar protocolos de emergencia en Texas para acelerar las deportaciones.

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