Matanza en Arizona pone el debate sobre las armas bajo la lupa
Phoenix, Arizona, 10 de enero. El atentado contra una congresista, que dejó a seis personas muertas en Arizona, lleva a los estadounidenses a preguntarse una vez más por qué ocurren este tipo de matanzas en su país. ¿Es demasiado fácil adquirir un arma? ¿La fuerte retórica de la polarización política actual inspira a ese tipo de ataques violentos?
La representante Gabrielle Giffords, una demócrata moderada, apenas salía de la sala de operaciones tras ser alcanzada por una bala que le entró por el lado izquierdo del cerebro, cuando ya se había desatado nuevamente el debate sobre esos temas clave, y los partidarios de las distintas corrientes políticas se alineaban para promover sus creencias.
El alguacil del condado de Pima, Clarence W. Dupnik, responsabilizó el domingo durante una rueda de prensa a “un clima de violencia”, “desconfianza en el gobierno” y “paranoia” por el tiroteo de Arizona, un crimen que nuevamente capturó la atención de los estadounidenses.
Un juez federal y una niña de nueve años estuvieron entre las víctimas mortales. Dupnik reprendió a la legislatura de Arizona por mantener leyes de armas demasiado flexibles.
La propia Giffords había manifestado su preocupación por el cargado ambiente político antes del tiroteo.
Durante una entrevista, luego que su oficina fue objeto de vandalismo tras votar a favor de la ley de salud promovida por el presidente Barack Obama, la legisladora destacó la animosidad de los conservadores hacia ella.
También mencionó la decisión de la ex candidata republicana a la vicepresidencia Sarah Palin de incluir a Giffords como uno de los principales “blancos” a derrotar en las elecciones legislativas de noviembre.
El director del FBI Robert Mueller, enviado a Arizona por Obama, no quiso responder una pregunta sobre la eficiencia de la leyes de armas en Arizona, pero sí dijo que actualmente el acceso a internet de quienes promueven “un discurso de odio e incitación a la violencia” era un “desafío mucho mayor” para las autoridades que antes.
Muchos legisladores republicanos enfatizaron la creencia cada vez más generalizada de que el atacante es una persona inestable, no alguien impulsado por la retórica de extrema derecha o del movimiento conservador Tea Party que caracterizó a las pasadas elecciones de medio mandato.
“Probablemente sería darle demasiado crédito el adjudicarle una filosofía política coherente. Solamente sabemos que hay gente mentalmente inestable en este país. ¿Quién sabe lo que los motiva a hacer lo que hacen? Luego cometen crímenes terribles como este”, dijo el senador republicano de Arizona, John Kyl.
El representante Trent Franks, un republicano de Arizona, rechazó los argumentos que sostienen que las leyes sobre armas en Estados Unidos tienen la culpa de lo sucedido, diciendo que no se debe responsabilizar a la pistola por el ataque en Arizona sino al que la disparó. El sospechoso Jared Loughner usó una Glock que Mueller dijo adquirió en noviembre.
El control de la venta de armas en Estados Unidos ha sido un tema controversial desde hace décadas. Giffords, como demócrata moderada, ha apoyado el derecho a tener armas.
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